PROHIBIDO EL PASO. SABOTEADORES TRABAJANDO.

Los lógicos problemas que acarrea un país subdesarrollado como el nuestro no debieran ser razón para cegarnos ante las buenas noticias y mejores augurios. Más allá de los pequeños e inservibles éxitos aislados en materia farandulera o deportiva, tenemos, los peruanos, varias noticias alentadoras que no debemos dejar pasar. La diferencia entre un crítico de la realidad nacional y un saboteador radica en que el primero no se enfurece ni le sabe a aceite de ricino los indudables avances que en varias facetas hemos logrado. A diferencia del crítico honesto, el saboteador se relame con las derrotas, sospecha y ridiculiza el menor atisbo de éxito,y para graficar esto diganme, de la siguiente lista, cual de ellas no ha sido causa del vómito biliar y resentido de los saboteadores de siempre:

El hallazgo de más gas.
El hallazgo de más petroleo ligero.
Los signos de recuperación económica (e incluso los índices de que el consumo ni siquiera se resintió en el sector C) .
La fortaleza de nuestra moneda.
El crecimiento del PBI, envidiado por casi todo el vecindario, a pesar de la super crisis

La reducción de la pobreza.

El traslado de ingentes cantidades de dinero a las regiones.

El buen recibimiento a nivel regional de la propuesta de desarme y Pacto de No Agresión, incluído Ecuador , supuesto aliado estratégico de Chile.
El crecimiento de las exportaciones no tradicionales.

Una cosa es estar en contra de un gobierno y otra amargarse la vida por ver como prosperan los conos, una cosa es creer que Fujimori, Toledo y García son el anticristo y otra muy distinta es ir por ahi arrastrando las cadenas de la envidia por constatar que el proyecto socialista nunca pudo siquiera soñar con las cifras ecnómicas que tanto odian y combaten. Una cosa es simpatizar asolapadamente con regímenes como el de Chavez y Castro y otra negarse a ver el florecimiento de las provincias del Norte.

Los saboteadores encuentran más peligro en una empresa privada que en un grupo de burócratas, creen que un grupo de policías antimotines es una pandilla y una pandilla es un grupo de proletarios revolucionarios.

Los saboteadores pretenden hacernos creer que un sindicalista manejará mejor una empresa que un especialista en Administración y Finanzas. Los saboteadores quieren hacernos pensar que los recursos naturales deben quedarse enterrados y que así estaremos mejor. El saboteador odia tanto la prosperidad como el lider de una iglesia, la prosperidad los deja sin mercado a los dos, los deja sin gente desesperada a quienes poder embaucar.

Los saboteadores se esfuerzan en torcer la realidad y menospreciar el triunfo ajeno porque de esa forma no se sentirán tan sólos en el lúgubre lugar donde reposan sus almas miserables...el sarcófago de la ideas fracasadas.